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jueves, 9 de agosto de 2007

Bojan Krkic, la nueva perla española


(FIFA) Es el nuevo niño prodigio del fútbol español. Con tan sólo 16 años, Bojan Krkic se está convirtiendo en la sensación del momento por su admirable talento con el balón, y será una de las estrellas de la próxima Copa Mundial Sub-17 de la FIFA Corea 2007.

Hace 15 meses el delantero catalán anotaba el gol de la victoria para España en la final del Campeonato Sub-17 de la UEFA ante Inglaterra y refrendaba con un título continental su potencial de crack. 2007 está siendo el año de su explosión. En enero, el menudo y veloz adolescente jugaba en el equipo juvenil del FC Barcelona pero rápidamente fue ascendido hasta la sección B del club catalán y ya en abril tuvo la ocasión de debutar con el primer equipo en un amistoso disputado en Egipto ante el Al-Alhy. Agradeció la confianza de Frank Rijkaard con un gol. Aquel día vestía el número 14, el mismo con el que el ex jugador y entrenador del Barcelona, Johan Cruyff, se convirtió en leyenda. Quizá coincidencia, quizá un guiño del destino...

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Sin prisa, sin pausa

Bojan hace gala de una madurez impropia de su edad. Habla despacio, como valorando cada palabra que pronuncia. Puede que sean la experiencia y consejos de su padre, ex internacional serbio de Estrella Roja y hoy ojeador del Barcelona, los que le sirvan para afrontar con calma cada nueva etapa de su vertiginosa ascensión. Por eso, entrena pero sin descuidar sus estudios, y cuando tiene tiempo libre prefiere disfrutarlo en su pueblo con sus amigos y su familia.
"Soy consciente desde el momento en que tuve que dejar a mi familia para entrar en la cantera del Barcelona, de que este deporte te roba mucho tiempo. Pero por el futbol puedo sacrificar cualquier cosa porque es lo más importante", asegura con total convicción.
"Es un jugador con un potencial excepcional. No veo límites a su proyección", comentaba su seleccionador Juan Santisteban. Sin embargo, el chico prefiere no forzar la máquina. "No me gusta ir rápido. En el mundo del fútbol prefiero ir lo más despacio posible, pero cuando te llegan las oportunidades, por muy pronto que sea, hay que intentar aprovecharlas al máximo y confiar en que salga bien".
El próximo reto le llevará a Corea. "Un mundial se juega pocas veces y es muy bueno tener esta oportunidad. Y si lo ganamos sería aún mejor, tanto para mí como para el equipo", dice sonriente tras uno de los entrenamientos con la selección. Cuidando su rodilla izquierda, asegura que entrena sin problemas y en el amistoso de preparación que el equipo disputó ante Colombia el lunes (1-0), demostró que sigue siendo un jugador clave en el equipo.
"No creo que tenga que ser el jugador referencia del equipo, ni nada por el estilo. Sólo soy un jugador más que puede aportar cosas diferentes. Cada uno tiene que aportar sus cualidades y lo único que importa es el bien del equipo", dice restándose importancia y centrando la atención en la fuerza del grupo. "Las sensaciones son buenas. Somos una selección que nos conocemos perfectamente porque venimos de ganar un campeonato de Europa. Estamos muy ilusionados con este mundial al que esperamos llegar en buenas condiciones", asegura.
Bojan es todo un matador del área. Su capacidad goleadora es brutal y su habilidad en el regate es su mejor arma para enfrentar a defensas más fuertes físicamente. Aprovechando con su velocidad las buenas asistencias de Fran Mérida, su actuación fue vital para conseguir la corona europea.
"Ser campeón de Europa es un punto importante pero el mundial es una competición distinta en la que empezamos todos de cero. Iremos partido a partido, intentando alcanzar nuestro mejor nivel y con regularidad", analiza.
En este momento una de las prioridades del equipo es adquirir ritmo de competición. "Estamos aún en pretemporada y quizá el torneo nos llega un poco pronto, por lo que tenemos que intentar mejorar físicamente. Esa va a ser una de las claves. Llevamos bastante tiempo jugando juntos, y esperamos acostumbrarnos pronto al cambio horario y la comida, para estar a tope en el campo".
Los primeros obstáculos serán Argentina, Honduras y Siria. "A priori puede ser un grupo fácil para nosotros, pero un mundial es un mundial y hoy en día en el mundo del fútbol no te puedes fiar de nadie. Creo que la clave será centrarnos en nosotros mismos y preocuparnos lo mínimo de los rivales", apunta.
El objetivo es superar, como mínimo, los cuartos de final, fatídico punto en el que tropezó la selección Sub-20 española en Canadá 2007. Pero el carácter ganador de Bojan aspira a más: "Espero que tengamos más suerte que ellos y que podamos llegar más lejos. Y por qué no, ganar el mundial".

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